Mensaje con motivo al receso institucional del año académico 2017-2018

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Un período académico se encuentra próximo a concluir el 30 de septiembre, como preámbulo se tienen unas vacaciones necesarias y merecidas para la comunidad ucatense. Necesarias, para recuperar las fuerzas invertidas en éste, y al retomarle luego del receso docente, poder concluir el presente y dar comienzo al período 2018 – 2019. Merecidas, porque siendo un año que ha tendido a la regularidad en el tiempo, después de muchos en que ello no fue posible por múltiples razones, las circunstancias existentes han demandado de cada uno el mejor de los esfuerzos, haciendo gala de disciplina y carácter para alcanzar los objetivos trazados.

Es precisamente en este marco que se ofrece también un momento para la reflexión, respecto de los propósitos que orientan el quehacer de la vida y de los roles que deben cumplirse, cada uno desde su individualidad, pero también en el plano institucional y social. Es así como la Universidad Católica del Táchira, en tanto comunidad inspirada en la fe cristiana que persigue conscientemente encontrar la verdad, a fin de ponerla al servicio del ser humano en su integralidad, asume el desafío planteado de continuar siendo portadora de buenas nuevas en tiempos de incertidumbre y dificultad.

Y es que en sus aulas y demás espacios, dentro y fuera de ella, concurren los ucatenses, estudiantes y profesores, operarios y administrativos, egresados y autoridades, con lo mejor de sí, en la tarea de poner condiciones que permiten formar a todos sus integrantes sin excepción, formación que lo es en ciencia y conciencia, en letras y espíritu; así la UCAT pretende con solvencia académica y moral, seguir iluminando los campos de la Patria y de otras tantas sociedades que hoy cuentan entre sus miembros a egresados de esta Alma Mater, reconocidos por ser personas conscientes, competentes, compasivas y comprometidas en la construcción de una vida digna, justa, decorosa y feliz.

Dios Padre Bueno, recompense a todos con liberalidad por el esfuerzo al prepararse y estudiar con constancia; por saber acompañar al educando con respeto, en cada una de las tareas y artes de su formación; por ofrecer espacios y relaciones decentes, ordenadas y serenas; por llevar en alto el nombre de la Universidad en tantos campos: académico, deportivo, social,… en fin, por hacer posible el devenir de la institución, su crecimiento y consolidación a través de las palabras y las obras de cada uno.

No queda sino, en nombre de sus Autoridades y Consejos, desear a todos un feliz y justo descanso, con el deseo de reencontrarse en septiembre con nuevas energías para proseguir juntos el camino.

El Secretario

San Cristóbal, en la Fiesta de San Ignacio de Loyola, Día del Egresado Ucatense de 2018