El Gran Canciller, el Consejo Fundacional, las Autoridades Rectorales, Decanales y toda la Comunidad Universitaria, lamentan profundamente el fallecimiento del
Hecho acaecido el día de hoy, en la ciudad de Caracas, Venezuela. En estos momentos de dolor por la pérdida física, pero con el agradecimiento por una vida de servicio a la Iglesia y a la entera sociedad venezolana, hacemos llegar al R.P. Rafael Garrido, S.I. Prepósito Provincial de la Compañía de Jesús en Venezuela y en él, a toda la Compañía de Jesús; así como a los miembros de la comunidad ucabista y los de la distinguida familia del Padre Virtuoso, nuestras oraciones y palabras de cercanía fraterna, con la esperanza puesta en Dios, quien ya lo ha recibido en el Reino por cuya realización entregó su vida.
Velación: Iglesia María Trono de la Sabiduría, en el Campus Montalbán de la UCAB. Caracas. Viernes 21 de octubre de 2022, a partir de las 08:00 a.m.
Exequias: Iglesia María Trono de la Sabiduría, en el Campus Montalbán de la UCAB. Caracas. Misa córpore insepulto, viernes 21 de octubre de 2022, 04:00 p.m.
San Cristóbal, 20 de octubre de 2022
Casa Abierta AUSJAL en su edición 2022: la cual ha sido titulada “Expo Posgrado y Educación Continua”. Se realizará del 17 al 22 de octubre. El primer día se realizará la inauguración vía YouTube a partir de las 9 hrs. (centro de México) / 11 hrs. (Chile). Contará con una conferencia de Chris Lowney, reconocido autor del libro: El liderazgo al estilo de los jesuitas, así como la bienvenida del Presidente de AUSJAL y Rector de la Ibero CDMX, el Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S.J.
En esta ocasión 14 universidades jesuitas de América Latina se unen para compartir su oferta académica en un ambiente de comunidad internacional y cooperación.
Las universidades participantes son: PUCE, VARM, UCAB, UCC, UCA EI Salvador, Universidad del Pacífico Business School, IBERO Ciudad de México, IBERO Puebla, IBERO Tijuana, IBERO Torreón, IBERO León, PUJ Cali, UAH e ITESO. Hacemos un especial agradecimiento a PUJ Cali, UAH e ITESO por coordinar la Expo Posgrado y Educación Continua.
El evento tendrá lugar a partir del 18 de octubre contaremos con la exposición de más de 50 programas académicos a través de más de 100 eventos programados.
Más información: https://www.ausjal.org/
Cerca de 10 mil personas participaron en la celebración de los primeros 100 años de la Diócesis de San Cristóbal, este 12 de octubre del 2022, en el gimnasio Campeones Mundiales del 97, ubicado en Pueblo Nuevo, San Cristóbal.
La Santa Misa fue presidida por Mons. Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal y concelebrada por 17 Obispos de Venezuela entre ellos Mons. Juan Ayala, Mons. Jesús González, Mons. Ulises Gutiérrez, Mons. Jorge Quintero, Mons. Gonzalo Ontiveros, Mons. Nicolás Nava, Mons. José Trinidad Fernández, Mons. Juan de Dios Peña, Mons. Fernando Castro, Mons. Pablo Modesto González, Mons. Tulio Ramírez, Mons. Polito Rodríguez, Mons. Helizandro Terán, Mons. Ramiro Díaz, Mons. Luis Alfonso Márquez, Mons. Gerardo Salas, también Mons. Francisco Escalante Nuncio apostólico en Haití y el Reverendo Padre Edouard Martial Akom, Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica en Venezuela, así como todos los sacerdotes del presbiterio diocesano.
La actividad comenzó con una procesión con la imagen original de Nuestra Señora de la Consolación y con la réplica del Santo Cristo de La Grita, desde la Basílica de Nuestra Señora de la Consolación en Táriba, hasta el gimnasio cubierto; en punto de las diez de la mañana comenzó la Santa Misa Pontifical del centenario de esta Iglesia Local.
En su homilía Mons. Moronta resaltó como desde antes de fundarse la Diócesis, el Señor Jesús ha estado presente en la historia del pueblo Tachirense “Ya desde antes de constituirse como Iglesia Local, el Táchira centró su historia en el Señor Jesús. Hace 412 años se encarnó en nuestra tierra el Señor del Rostro Sereno y se convirtió en la razón de ser de nuestra vida eclesial”.
También el Obispo destacó los carismas que representan a la Iglesia local de San Cristóbal entre ellas la cultura vocacional, la profunda fe del pueblo y el testimonio de vida de santidad de los siervos de Dios, así como el empuje de cada uno de los pastores que han regido la Diócesis en estos cien años.
“Llama poderosamente la atención que desde el primer Obispo, el Siervo de Dios Tomás Antonio Sanmiguel y sus sucesores, Rafael Ignacio, Alejandro, Marco Tulio y este servidor, se han fortalecido los cuatro pilares de la vida de Iglesia: la enseñanza de los mismos Apóstoles, en la proclamación de la Palabra a tiempo y a destiempo; la celebración de la fracción del Pan y la acendrada devoción eucarística en el Táchira; la fuerza de la oración, por ejemplo con el rosario, las manifestaciones litúrgicas, las peregrinaciones y expresiones de la religiosidad popular; y, por último, la comunión, vivida con el ejemplo de un presbiterio lleno de fraternidad sacramental y la cooperación de los laicos en sintonía con los pastores” dijo el prelado.
Apertura del III Sínodo Diocesano, una Iglesia que camina en Espíritu y Verdad
Dentro de la ceremonia, tuvo lugar la lectura del decreto de la convocatoria al III Sínodo Diocesano a partir de este 12 de octubre.
La realización del III Sínodo, bajo la guía del Espíritu Santo, involucra a todo el pueblo de Dios. Las diversas sesiones acogerán a todos los miembros del Presbiterio, representantes laicos de cada parroquia y rectoría, representantes de los Institutos de Vida Consagrada y de las variadas instancias eclesiales. Con asambleas parroquiales y vicariales, se dará respuesta a las interrogantes propuestas que serán presentadas en cada sesión sinodal.
Gratitud en el corazón y el compromiso evangelizador desde la caridad
Al final de la Santa Misa, Mons. Moronta elevó una plegaria de acción de gracias a Dios por las maravillas que ha hecho en esta Iglesia centenaria; también pidió al Nuncio de Haití y al encargado de negocios de la nunciatura darle los saludos al Papa Francisco “Les pido al Nuncio Apostólico en Haití y al Encargado de negocios ad interim de la Nunciatura Apostólica en Venezuela que le hagan llegar el cariñoso saludo de toda esta Iglesia local de San Cristóbal al querido Papa Francisco, sabiendo que contamos con su Bendición Apostólica. Díganle que rezamos por él todos los días”.
“A Ustedes hermanos presentes en esta celebración, como a quienes han participado a través de los medios de comunicación y las redes sociales, les pedimos que, a sus familiares, vecinos y amigos, además de darles nuestro saludo y bendición, les hablen de las maravillas que el Señor ha realizado y continuará haciéndolo con nosotros, por lo cual estamos alegres y comprometidos y cómo también están convocados a seguir anunciando el Evangelio y edificando el Reino en y desde el Táchira.”
Según informó el prelado, la ofrenda recogida durante esta celebración y la del domingo en todas las parroquias, serán destinadas para apoyar a los damnificados por la tragedia natural en Las Tejerías del Estado Aragua, quienes en los últimos días han quedado sin sus enseres.
(PrensaDiocesisSC)
La Coordinación de Arte y Cultura, adscrita al Decanato del Medio Universitario de la UCAT, continúa desarrollando y promocionando los programas de atención social que desde la universidad sirven a la sociedad tachirense con acciones concretas y sistemáticas, como es el caso del programa Doctor Yaso payasos humanitarios que, desde el año 2008, forma parte de los voluntariados que dan fe de la misión UCAT en nuestra región fronteriza.
En esta oportunidad el voluntariado Doctor Yaso payasos humanitarios abre la convocatoria para las personas que desean ser parte de este proyecto social que realiza actividades en pro del beneficio psicoemocional de niños y adultos en hospitales, adultos mayores en geriátricos y habitantes de comunidades vulnerables.
LAS ENTREVISTAS.
Se realizará una jornada de 4 días de entrevistas, según el siguiente cronograma:
FECHA | HORARIO | |
MAÑANA | TARDE | |
Lunes 31 de octubre | De 8:30 am
a 12:00 pm |
De 01:30 pm
a 03:30 pm |
Martes 01 de noviembre | ||
Miércoles 02 de noviembre | ||
Jueves 03 de noviembre |
Notas: El solicitante puede acudir en el horario que más le convenga según el cronograma planteado. La entrevista dura entre 15 y 20 minutos. Para participar en el programa no es necesario ser parte de la comunidad ucatense, es abierto a todo público (mayor de 18 años).
Las entrevistas serán en la UCAT, sede Loma del Tejar (calle 14 con carrera 14 del Barrio San Carlos), en la oficina de la Coordinación de Arte y Cultura ubicada en el 2do piso del edificio C.
Para solicitar la entrevista los interesados deben acceder al siguiente enlace de Google Form: https://forms.gle/mYMjzJqGXANvxGFs7 y llenar lo requerido para la entrevista.
EL TALLER DE FORMACIÓN PARA NUEVOS VOLUNTARIOS.
Posterior a la entrevista, los voluntarios que hayan sido seleccionados podrán realizarán el taller de formación para nuevos voluntarios que será del lunes 14 al sábado 19 de noviembre de 2022.
Para más información comunicarse al teléfono 0276-5107234, en horario de oficina, o escribir al whatsapp +58-414-7418843 al prof. Pedro Luis Duque, coordinador del programa Doctor Yaso en San Cristóbal.
Prensa
Coordinación de Arte y Cultura
Decanato del Medio Universitario
Universidad Católica del Táchira
La Universidad Católica del Táchira, invita a participar del “III Congreso Regional de Derecho Procesal” que se realizará los días jueves 10, viernes 11 y sábado 12 de noviembre de 2022. En el auditorio de la UCAT sede Loma del tejar (Barrio Obrero)
Para el evento se tendrán ponentes regionales y nacionales (Colombia, España y México.)
Para más Información:
cedeprosancristobal.eventos@gmail.com
+584247226644 / +584147109570 / +584147398640 / +587001970
En la primera semana de clases del año formativo 2022-2023 de la Universidad Católica del Táchira, autoridades rectorales y decanales realizaron reunión con el cuerpo profesorado.
La actividad tuvo lugar en ambas sedes Loma del Tejar y Sabana Larga, en la ciudad de San Cristóbal, el pasado viernes 7 de octubre.
El presbítero Javier Yonekura Shimizu, Rector la UCAT, exhortó a los docentes a salir al encuentro de sus estudiantes, por una educación en la que se generen procesos y espacios que mantengan la excelencia académica, distintiva de la institución, mediante la cultura del encuentro entre los miembros de la comunidad universitaria.
“no solo es una estrategia pedagógica, no basta con ser solo instructores, sino educadores. ¡Salgan al encuentro!” insistió el Rector.
También el sacerdote, pidió a sus docentes a comenzar este nuevo año con nuevas perceptivas, asumiendo los cambios tecnológicos. Asimismo, le recordó la corresponsabilidad por el bien la Universidad “ustedes y yo somos corresponsables de la UCAT”.
Al final del encuentro, los docentes se comprometieron a ser agentes de esperanza para con sus estudiantes; esto en medio de la crisis que atraviesa el país y la desesperanza de muchos en la educación universitaria. Una educación siempre necesaria para el progreso de la Nación.
(PrensaUCAT)
DESDE LAS CAMINOS DE LA TIERRA
Siendo niño, aprendí una canción muy hermosa que habla del alma tachirense: “Son los cantos de mi tierra, nacidos en un recuerdo, por los caminos del tiempo, te vas para no volver”. Como canto nos refiere las cuitas de un viejo amor, pero a la vez, nos habla de la vida de todos nosotros. Hoy, al conmemorar los primeros cien años de la Diócesis de San Cristóbal, queremos con ese cántico introducirnos en la reflexión a partir de la Palabra de Dios y así iluminarnos mutuamente en el camino de estos cien años de la Iglesia de San Cristóbal.
Todas nuestras acciones, con sus luces y sombras, los podemos traducir en “cantos”. Siguiendo al salmista, podríamos convertirlos en el cántico siempre nuevo para alabar, bendecir y agradecer a Dios por su compañía amorosa. Nacidos en la memoria-recuerdo de lo que la Iglesia ha hecho: anunciar el Evangelio, edificar el Reino de Justicia y paz haciendo sentir la caridad operante nacida del mandamiento del amor fraterno. No hacemos un simple recordatorio, más bien hacemos memoria viva de la presencia del Dios que ha caminado junto con nosotros.
Ciertamente son los caminos del tiempo, como entona el autor. No son caminos fuera de la realidad: en ellos se conjugan los logros, los fracasos, la voluntad férrea de los tachirenses y su acogida a quienes han venido desde fuera…. Caminos labrados con el compromiso de todos y donde la Iglesia ha transitado al cumplir su misión y acompañar a su gente en todo momento y situación vivida.
Caminos siempre abiertos al futuro. No faltará quien viva de la mera nostalgia. Pero, son caminos para no volver, haciéndose eco de la conseja del evangelio al recomendar que se ponga las manos en el arado y mirar siempre hacia el horizonte del Reino de Dios. Es lo que la Iglesia ha venido haciendo. Sencillamente, al mirar hacia atrás se ve el camino andado, la siembra hecha y los frutos que se han podido recoger… pero no para quedarnos estancados sino para continuar en la ruta a la total plenitud del encuentro con Dios.
Hoy, con profundo agradecimiento al Dios de la vida conmemoramos los cien años de esta Iglesia local de San Cristóbal, que ha caminado junto con la gente durante estos cien años en “ESPÍRITU Y VERDAD”. Lo ha hecho con la dedicación de sus pastores, Obispos y presbíteros; con el entusiasmo de sus laicos y con la alegría de los miembros de la vida Consagrada. Con ello, ha mostrado ser una Iglesia en salida que, incluso, ha asumido un compromiso misionero con algunas Iglesias hermanas y, recientemente, con el IUS COMMISSIONIS para atender al VICARIATO APOSTOLICO DE CARONI. Una Iglesia con sabor a pueblo, al cual ha acompañado porque se siente parte del mismo y además ha sabido articular solidaridad y fraternidad con las Iglesias hermanas de Venezuela y de Colombia, para hacer sentir la enseñanza del Papa Francisco cuando nos pidió ser una Iglesia sin fronteras y madre de todos.
Les invito a pensar, desde los textos bíblicos proclamados, lo que significa esta celebración y el responsable compromiso que brota en la conmemoración de los primeros cien años de esta Diócesis bonita de San Cristóbal. Nos sentimos complacidos por la presencia de todos Ustedes, en especial los invitados especiales y quienes nos acompañan también por los medios de comunicación y las redes sociales. Todos estamos presentes y participando de la Mesa de la Palabra y de la Eucaristía.
EL SIMBOLO DE ABRAHAM Y OTROS PERSONAJES
El pueblo de Dios fue preparado durante lo que comúnmente llamamos “prehistoria de la salvación”. Uno de los ejes que permite entenderlo es la acción directa de Dios con los hombres, a partir de la creación, acción que se fue delineando como alianza. Esta encierra la idea de cercanía y comunión, aún a pesar del pecado de Adán y Eva. La historia de la salvación propiamente dicha comienza con la llamada de Dios a Abraham, cuando lo elige para que se convierta en el padre de un pueblo numeroso. Entonces, atendiendo a la petición de Dios, el patriarca sale de su tierra y se dirige a los territorios de Canaán para establecerse allí y dar inicio al pueblo que devendrá en propiedad de Dios con la alianza del Sinaí.
Ese pueblo sufrió la esclavitud y fue liberado por la acción prodigiosa de Yahvé mediante la ayuda de Moisés, modelo de profeta y conductor del pueblo hacia la tierra prometida, a la cual entró bajo la dirección de Josué. Éste fue quien exploró esa tierra y, a su regreso, para garantizar que sí era la prometida por Dios, trajo ante Moisés y sus hermanos frutos abundantes. Así comenzó a echar raíces y a profundizar en la alianza sinaítica que debía ser recordada, junto con la pascua. Alianza sencilla y profunda: “Yo soy tu Dios y tú eres mi pueblo”.
A fin de defender y profundizar esa alianza, el mismo Yahvé fue suscitando profetas. Ellos estaban cerca del pueblo para protegerlo y corregirlo. En los momentos fáciles y de prosperidad, como en los tiempos de persecución, del exilio y de la reconstrucción en el retorno de Babilonia, los profetas fueron los voceros de un Dios salvador y comprometido con su pueblo. A la vez, en el correr del tiempo, el mismo Yahvé suscitó a sabios, como Salomón, para que supieran contagiar las enseñanzas y valores que debían ponerse en práctica a fin de hacer que la Alianza se enraizara cada vez más en el pueblo de Dios. En la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo para así cumplir la promesa de salvación y dar la liberación plena a sus hijos, los del pueblo de Dios y a toda la humanidad.
Este brevísimo recuerdo histórico, nos permite leer lo que han sido estos cien años de camino eclesial de la Diócesis de San Cristóbal. Por una feliz decisión del Papa Pío XI (junto a otras cuatro circunscripciones) en 1922 se creó la Diócesis de San Cristóbal: nueva porción del pueblo de Dios elegida para hacer realidad en estas tierras andinas (y durante muchos años en los llanos del Alto Apure) la fuerza transformadora del Evangelio de Jesucristo el Señor. El primer Obispo, el Siervo de Dios TOMÁS ANTONIO SANMIGUEL DIAZ experimentó lo que aconteció con Abraham: el Señor lo sacó de su tierra y le pidió que llegara a las montañas andinas y sus poblaciones para fundar la Iglesia local de San Cristóbal. Obedeció como el patriarca y se hizo presente como padre y pastor para comenzar la tarea recibida como encargo pastoral. Al igual que él, los otros obispos que le han sucedido, recibieron la tarea de continuar la conducción de ese pueblo de Dios, como le correspondió hacerlo a Moisés y otros tantos guías del pueblo de Israel. Lo dejaron todo y se convirtieron en servidores para un pueblo naciente que ha sabido caminar por las sendas de su historia.
Al igual que Josué, le correspondió al Siervo de Dios Sanmiguel, explorar esta tierra tachirense y descubrir sus frutos y riquezas como garantía para la nueva Iglesia local que se estaba plantando. Entonces, junto a la fe del pueblo y el testimonio ministerial de los sacerdotes del momento, se consiguió con dos hermosísimos frutos que garantizarían el éxito evangelizador en la nueva Diócesis: la fuerza protectora del Santo Cristo de La Grita y la presencia de María de la Consolación, “la flor más bella de los Andes venezolanos”.
Todos los pastores Obispos y Presbíteros – diocesanos y religiosos- acompañados por religiosas y laicos comprometidos en la evangelización, han podido realizar acciones misioneras como los profetas, los sabios, los dirigentes de aquel pueblo inicial de la antigua Alianza. A todos les ha llamado el Señor. Todos han pasado por la experiencia viviente de la zarza ardiente y oír la voz de Dios mismo pidiéndoles despojarse de sus sandalias; esto es, de sus apegos y de otras seguridades, para ir al encuentro de su pueblo, fortalecerlo en la pascua liberadora de Jesús y conducirlo como el pastor bueno, aún en medio de cañadas oscuras y barrancos peligrosos. Cada quien, con sus carismas y sus estilos, pero todos con el mismo objetivo: hacer del pueblo de Dios que peregrina en el Táchira, un “sacramento de comunión y salvación” (cf. L.G.1; A.G. 1), luz para el mundo y constructor constante del Reino de Dios, que lo es de libertad, justicia, paz y amor.
En estos cien años de historia, los pastores y sus cooperadores, han ejercido el papel profético “a tiempo y destiempo”. Así han podido iluminar desde y con la Palabra de Dios, a la vez que han ayudado a madurar la fe en la esperanza y caridad de todos los miembros del pueblo de Dios. No ha faltado la llamada de atención tanto para el mismo pueblo como para toda la sociedad, con ocasión de las oscuridades y los embates del pecado del mundo. Siempre con la libertad de los hijos de Dios, pero mirando el bien y la necesaria renovación de dicho pueblo y de la sociedad, siguiendo para ellos los criterios neotestamentarios nacidos de la Nueva Creación, inaugurada por Jesús el Salvador.
Tampoco ha faltado la acción de la divina sabiduría para orientar al pueblo. Esta acción se ha realizado verdaderamente por medio de hombres y mujeres que nos la han dejado fortalecida en la fe. Y también, con acciones con las cuales se ha demostrado que esa sabiduría apunta al fortalecimiento de todos: entre ellas podemos recordar los dos sínodos diocesanos, la creación de escuelas católicas, el Diario Católico, el Magisterio episcopal, el Seminario Diocesano y de los religiosos, la Universidad Católica del Táchira y el Proyecto Diocesano de Pastoral, “PARROQUIA PARTICIPATIVA, COMUNIDAD DE COMUNIDADES”.
Como Josué, tanto los Obispos como sus cooperadores evangelizadores –presbíteros, religiosos y laicos- han ido tomando posesión de esta tierra donde se ha sembrado la semilla de la Palabra de Dios con sus subsiguientes frutos. Uno de esos frutos es la especial y permanente presencia de Jesucristo en medio de las comunidades, familias y personas del Táchira. Se le reconoce como el Salvador en el misterio de la Encarnación, al ser proclamado como Niño Dios,
-el “Divino Niño”- celebrado en la Navidad preparada por el adviento. Es considerado el centro de la vida, sobre todo en la devoción al Santo Cristo de La Grita, el del Rostro sereno, con sus brazos abiertos para acoger a todos sin excepción. Y es proclamado como el Resucitado liberador, particularmente en el ícono del Sagrado Corazón y la profesión de fe en la presencia Eucarística adorada en todo momento y rincón del Táchira. Es el Hijo de María, quien desde el Nazaret de Táriba también nos invita a “hacer lo que Él –Jesús- nos indica”. A ella la reconocemos como “la flor más bella de los Andes venezolanos”, Nuestra Señora de la Consolación.
Con la fuerza del Espíritu Santo, quienes han inaugurado y continuado los caminos del pueblo de Dios para plantarlo en estas hermosas tierras tachirenses, nos han ido legando una herencia que, con toda decisión, recibimos y queremos hacerla crecer para continuar dejándola a las futuras generaciones de la Iglesia. Esa herencia la podemos manifestar en el modelo de Iglesia que buscamos seguir haciendo entre todos.
CIEN AÑOS CAMINANDO JUNTOS
Ese modelo de Iglesia –que no contradice ni destruye las notas esenciales de la Iglesia ni su comunión con la Iglesia Universal- está reflejado en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Allí se nos describe la Iglesia como un misterio de comunión, en el cual se enfatiza que “todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común”… “nadie pasaba necesidad”… y gracias a su testimonio “el Señor agregaba cada día a la comunidad a los que querían salvarse”. Tenían conciencia de la misión recibida, según nos enseña el evangelista Mateo: “Salgan a anunciar el evangelio y hacer discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Para poder realizar esto, encontraron el apoyo en la enseñanza de los Apóstoles, la fracción del Pan, la Oración y en la conciencia de la comunión. Todo se centraba en el testimonio de los Apóstoles, en la práctica de la caridad, en particular hacia quienes más lo requerían y así nadie pasaba necesidad. No era una comunidad encerrada sino consciente de estar en el camino (así, incluso llamaban al cristianismo en los inicios), el cual no lo hacían ni individualistamente ni separados de los demás. Es, entonces, la expresión de un estilo sinodal, como el que ahora se está profundizando en toda la Iglesia Católica.
Desde los comienzos de la Iglesia local de san Cristóbal hasta los tiempos presentes, el estilo característico de nuestra Iglesia es el del modelo del Libro de los Hechos. Hoy, con nuestro plan diocesano de pastoral, “PARROQUIA PARTICIPATIVA COMUNIDAD DE COMUNIDADES”, se ha pretendido mostrar cómo estamos asumiendo en la práctica y en la conciencia la así denominada “eclesiología de comunión”. La “comunión” ha sido el hilo conductor de la historia centenaria de la Diócesis de San Cristóbal. Con diversidad de estilos, según las épocas, tanto los Obispos como los laicos y los presbíteros, han hecho saber que es una de las actitudes propias de los miembros del pueblo de Dios peregrino “por los caminos del tiempo en Táchira”.
El testimonio de vida de los pastores junto con el de tantos creyentes ha permitido no sólo fortalecer las comunidades sino asegurar la llegada de nuevos discípulos. Incluso, una de las consecuencias de este testimonio es la llamada “cultura vocacional”, carisma propio de esta Iglesia local. Hay otro dato interesante: son muchísimos los tachirenses que se han debido ir a otros lugares para trabajar: no sólo han llevado la cultura tachirense (“gocha”) sino la fuerza de su fe, esperanza y caridad. Signos claros de esta realidad de una tierra de santos testigos son los
Siervos de Dios, cuyos procesos vamos adelantando: TOMÁS ANTONIO SANMIGUEL, MEDARDA PIÑERO, HERMANA MARIA ISRAEL BOGOTÁ BAQUERO, MADRE LUCIA DEL NIÑO JESÚS, MONS. MARTIN MARTINEZ, LUCIO LEON Y “AMANDITA”.
¡Qué hermoso es poder comprobar que otro de los grandes carismas de esta Diócesis es la profunda fe de nuestro pueblo! Fe hecha caridad operante: la preocupación por los ancianos, los pobres, los migrantes, los que sufren y los excluidos están en el corazón de los creyentes del Táchira. La solidaridad y generosidad de todos, aún de los más pobres, es muestra de esa voluntad para que nadie pase necesidad. Además, siguiendo el estilo de Cristo, quien no vino a ser servido sino a servir, encontramos la total disponibilidad de hacer el bien por parte de la inmensa mayoría de los católicos tachirenses.
Llama poderosamente la atención que desde el primer Obispo, el Siervo de Dios Tomás Antonio Sanmiguel y sus sucesores, Rafael Ignacio, Alejandro, Marco Tulio y este servidor, se ha fortalecido los cuatro pilares de la vida de Iglesia: la enseñanza de los mismos Apóstoles, en la proclamación de la Palabra a tiempo y a destiempo; la celebración de la fracción del Pan y la acendrada devoción eucarística en el Táchira; la fuerza de la oración, por ejemplo con el rosario, las manifestaciones litúrgicas, las peregrinaciones y expresiones de la religiosidad popular; y, por último, la comunión, vivida con el ejemplo de un presbiterio lleno de fraternidad sacramental y la cooperación de los laicos en sintonía con los pastores. A Dios gracias se ha podido ir formando una conciencia de fe y cultura religiosa en el pueblo tachirense, germen de numerosas vocaciones sacerdotales, de compromiso en muchísimos laicos y fortalecimiento de las familias. Todo esto con la luz del Cristo de los Milagros, el del Rostro sereno, y la maternal protección de la estrella de nuestra evangelización, María del Táchira, la Consoladora por excelencia
Al conmemorar los primeros cien años de la Iglesia local de San Cristóbal, podemos asegurar cómo esa herencia recibida y experimentada según el modelo presentado en el Libro de los Hechos de los Apóstoles se abre fructuosamente hacia el futuro. Con el encargo del IUS COMMSSIONIS para apoyar al Vicariato Apostólico de Caroní, la convocatoria al III Sínodo Diocesano, los planes de formación para futuros sacerdotes diocesanos y religiosos, laicos y religiosas, la consolidación de la acción social de la Iglesia y el reafirmar el carácter sinodal de nuestra Iglesia, le decimos al mundo que es una Iglesia cuyos miembros no sienten miedo de ver hacia adelante, donde nos señala el Espíritu. Lo hacemos con el compromiso de haber tomado con nuestras manos el arado para mirar hacia el horizonte del Reino, asumiendo la enseñanza de Pablo quien nos recuerda que el Señor no nos ha dado espíritu de timidez.
Es Reino inaugurado en la Cruz redentora y consolidado con la Resurrección liberadora dándonos el regalo de la “novedad de vida”; esto es, la Nueva Creación que queremos hacer sentir en el Táchira y, desde aquí, para todo el mundo
CRISTO, CAMINO, VERDAD Y
Ya desde antes de constituirse como Iglesia local, el Táchira centró su historia en el Señor Jesús. Hace 412 años se encarnó en nuestra tierra el Señor del Rostro sereno y se convirtió en la razón de ser de nuestra vida eclesial. La Cruz del Santo Cristo de los Milagros se sembró en los montes andinos jaureguinos y extendió sus raíces por toda la geografía tachirense. Sus ramas, simbolizadas en los travesaños de esa Cruz han ido dando la acogedora sombra de su amor hacia Venezuela entera y todo el mundo. Hasta Él seguimos acudiendo peregrinos de todo lugar, y conseguimos en Él, en sus brazos solidarios y llenos de amor, el descanso para quien está agobiado, el consuelo para quien sufre, la fuerza para quien evangeliza, la misericordia para compartirla con los demás.
En Él, desde siempre y, sobre todo en los últimos tiempos, se ha podido sentir que es la VERDAD, LA VIDA Y EL CAMINO. El Es la Verdad que nos libera y, a la vez, nos entusiasma para seguir siendo libres y promoviendo la libertad de los hijos de Dios. Es la verdad que nos da a conocer el Dios de la Vida y de la Justicia. Es la Verdad que no pasa ni se destruye nunca, aun cuando suframos los embates de cualquier tipo de ideología deshumanizante. No es ningún secreto sentir cómo esa Verdad es la misma Persona de Cristo a quien nos identificamos y del cual hemos sido revestidos en el bautismo. Desde la experiencia de esa identificación brota la fuerza para ser sus testigos, constructores del reino de salvación.
Por esa misma Verdad aprendemos que Jesús es la Vida. Es la Vida que permanece y fructifica en nosotros. El vino a darla, y en abundancia para compartirla en la gran familia de los hijos de Dios. Y, aunque hubiera y haya quienes rechacen a Cristo, en el Táchira sigue habiendo una inmensa mayoría que, con las palabras de Pedro, le dice continuamente a Jesús: “Señor ¿a quién iremos? Pues sólo tú tienes palabras de vida eterna”
Compartimos la vida de Jesús en la vivencia del discipulado. No falta quienes se han alejado o han renunciado al seguimiento de Jesús. Por eso, reasumimos continuamente la tarea de ir a su encuentro con un plan evangelizador a fin de atraerlos y recibirlos con el mismo abrazo de aquel padre misericordioso que acogió al hijo que se había ido lejos.
Todo ello, porque descubrimos en todo momento que Jesús es el CAMINO. No sólo por sus hechos y dichos o enseñanzas, sino por su obra pascual. Nosotros seguimos, optamos y proclamamos que Jesús es la Vida y la Verdad por ser el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Pero, a la vez, sabemos que no hay otro camino sino el que Él nos muestra. Nos ha dado también la misión de mostrarlo a los demás e, incluso, a acompañar a quienes quieran arriesgarse a caminarlo. Todavía más, pues nos pide ser como quienes ayudaron a Pablo a levantarse de la oscuridad en la que había caído en el camino de Damasco hasta que pudiera recibir la luz que transformó toda su existencia. Hay muchos caídos o enceguecidos por las oscuridades del mundo que requieren de nuestra ayuda.
Es un CAMINO que compartimos con las Iglesias hermanas de Venezuela y del mundo. Las Diócesis de Venezuela están hoy presentes en nuestra acción de gracias, particularmente las que también un día como hoy conmemoran los cien años de su creación: Coro, Cumaná y Valencia. Es un camino compartido con las Iglesias hermanas de Colombia, en especial las del eje fronterizo colombo-venezolano: Cúcuta, Nueva Pamplona, El Tibú, Arauca, Ocaña… Nuestra gratitud fraterna a todas ellas por su compañía. Permítanme una especialísima mención a Cúcuta, con la cual hemos podido realizar un trabajo de comunión para la solidaridad y la fraternidad. Podemos decir, con humildad y sencillez, siguiendo el petitorio de Francisco, que somos Una Iglesia que no tiene fronteras pues es madre de todos.
Reafirmamos nuestra voluntad de seguir a Cristo el CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.
Vivimos tiempos nada fáciles, pero hermanados todos aquí y con las Iglesias de Venezuela y Colombia y ahora con el encargo del IUS COMMISSIONIS, le decimos al mundo que aquí no sólo vivimos el Evangelio, sino que difundimos sus valores y principios a través del compromiso solidario con todos los seres humanos, creyentes y no creyentes. Ratificamos al Papa Francisco nuestra filial adhesión a él y a todos los Obispos del colegio episcopal. Le decimos a todos que la Iglesia del Táchira quiere seguir caminando junto con todos en “ESPÍRITU Y VERDAD”, para edificar la justicia y la paz, defender la dignidad de los seres humanos y hacer sentir la fuerza liberadora de Jesús. Es nuestra vocación: anunciar su evangelio en el caminar de este pueblo en el tiempo y en el espacio donde nos corresponde vivir.
Lo hacemos en el nombre del Señor y con la maternal intercesión de la Consoladora, María del Táchira.
MARAN ATHÁ. VEN SEÑOR JESUS
Reafirmamos que Él es el verdadero revelador del misterio trinitario, fuente inagotable de la vida de la Iglesia. Él es el mismo ayer, hoy y siempre, principio y fin, alfa y omega. Él está siempre en medio de nosotros, como nos lo recuerda el libro del Apocalipsis con la expresión “marán athá”.
Hoy nos comprometemos a seguir adelante. Vamos al encuentro definitivo con la Trinidad Santa. Caminamos a la plenitud inaugurada por Jesús y que ya anticipamos en la celebración de la Liturgia, en especial de la eucaristía. Conmemoramos cien años caminando a la eternidad; celebramos un centenario sustancioso en realizaciones gracias a la acción del Espíritu Consolador. Conmemoramos un peregrinar acompañados siempre por María del Táchira, Nuestra Señora de la Consolación. Ella nos sigue enseñando que hemos de hacer lo que su Hijo nos pide y enseña. Caminamos contagiando esperanza, con la confianza de sabernos protagonistas con Jesús. Hoy reafirmamos el compromiso de seguir siendo, en y desde el Táchira, la Iglesia que invita a los hombres y mujeres del mundo a ser sus discípulos. Sabemos que desde las moradas eternas nos sostiene y nos espera.
El camino de nuestra Diócesis continúa activo y presente con los brazos abiertos del Cristo del Rostro sereno y con la mirada maternal de la “flor más bella de los Andes venezolanos”, la Consoladora, para bendecirnos y, entonces, poder celebrar durante muchos años más una Iglesia misionera y evangelizadora “en espíritu y verdad”
Al ofrecer hoy el pan de la palabra y de la eucaristía donde se centra hoy nuestra historia y nuestra respuesta a la vocación evangelizadora y misionera, reconocemos que sacramentalmente Jesús está en medio de nosotros. Pero, a la vez, lo reconocemos como el punto ómega de la historia y nos atrae hacia la plenitud del encuentro con la Trinidad Santa. El sigue buscándonos y alentándonos, por eso, con alegría, hoy y siempre, clamaremos. VEN SEÑOR JESUS.
+MARIO MORONTA R. OBISPO DE SAN CRISTOBAL.
En las instalaciones de la Casa episcopal en San Cristóbal, tuvo lugar el acto de juramentación de las autoridades de la Universidad Católica del Táchira (UCAT) para el periodo 2022-2026, acto que se realiza en el marco del sexagésimo aniversario de la UCAT y del centenario de la Diócesis de San Cristóbal.
La juramentación comenzó con la profesión de fe de las autoridades en la Santa Eucaristía votiva al Espíritu Santo. Ceremonia presidida por Mons. Mario Moronta y Gran Canciller de la Universidad Católica, en compañía de su Obispo auxiliar Mons. Juan Ayala y sacerdotes que hacen vida en esta casa de estudios.
Luego de la Eucaristía, las autoridades pasaron al salón episcopal para juramentarse ante el Gran Canciller y firmar el acta,que acredita el comienzo de sus respectivas funciones.
Mons. Moronta, instó a las autoridades a ser luz y sal de la tierra, sembrando la semilla del Reino de los cielos en la entidad educativa, que se caracteriza como Católica y que “forma parte de la historia del centenario de la Iglesia local de San Cristóbal” dijo el prelado.
Las autoridades realizaron su profesión de fe y juramento según lo establecido en el Código de Derecho Canónico, las leyes de la República Bolivariana de Venezuela, y el Estatuto Orgánico de la UCAT.
Queda así juramentado el equipo rectoral, como Rector el presbítero Yonekura Shimizu, Vicerrector Académico, el presbítero Ricardo Casanova; Vicerrectora Administrativa, Abogada Especialista Félida Roa de Roa; Secretario General, Abogado Especialista Jesús Gerardo Díaz.
(PrensaUCAT)
Lapso de inscripción desde el 3 de octubre hasta el 25 de noviembre de 2022, y la escolaridad iniciará el 28 de noviembre de 2022
En régimen de estudio “Multimodal”, desde Venezuela o desde otro país, los interesados podrán cursar los programas de especialización en:
Área Interdisciplinaria
Especialización en Relaciones Económicas Internacionales – 4 Trimestres
Especialización en Cultura de Paz y Derecho Internacional Humanitario – 4 Trimestre
Área en Ciencias Jurídicas y Políticas
Especialización en Derecho del Trabajo – 5 Trimestres
Área en Ciencias Económicas y Sociales
Especialización en Auditoría Integral – 5 Trimestres
Especialización Técnica en Administración – 4 Trimestres
(Destinado a: Técnico Superior Universitario en Administración de Empresas, Administración en Informática, Administración de Personal, Administración de Seguros Mercantiles, Administración de ventas, Administración de Banca y Finanzas, Administración en servicios de Salud.)
Estos postgrados permitirán al egresado contar con herramientas de estudios y experiencias con criterios interdisciplinarios, de eficiencia, pertinencia, pluralidad y ética; para apoyar el desarrollo de sus áreas de conocimiento en cualquier ámbito profesional.
Para mayor información pueden comunicarse con el Decanato de Investigación y Postgrado, a través del correo: postgrado@ucat.edu.ve
El Gran Canciller, el Consejo Fundacional, las Autoridades Rectorales, Decanales y todo la Comunidad de la Universidad Católica del Táchira, lamentan profundamente el fallecimiento de la:
Profesora Jubilada y antigua Decana de la Facultad de Humanidades y Educación de esta Universidad, cuyo servicio por tantos años en esta su casa, será siempre recordado con singular afecto.
Hecho luctuoso acaecido el día de hoy, en esta ciudad de San Cristóbal. En estos momentos de dolor, hacemos llegar a toda la familia de la profesora Ivonne Mercedes Escalante Labrador, nuestras palabras de esperanza cristiana en la Resurrección final con las palabras que la Iglesia, desde sus orígenes, ha recordado en el canto de las letanías “Quien cree en Ti Señor, no morirá para siempre/Yo sé que mi Redentor vive y el último día resucitaré de la tierra”.
Velación: Capillas Velatorias El Ángel, Funeraria San Sebastián. Pasaje Acueducto,
San Cristóbal.
San Cristóbal, 03 de octubre de 2022